miércoles, 21 de octubre de 2009

MIS POEMAS

no estoy aquí,
soy extensión del tiempo,
de tu tiempo,
de tu caricia,
del viento sacro de tu cabello.


Y el poema es:

viaje del amor.

jueves, 15 de octubre de 2009

NATIVIDAD ESTELAR



“Nunca se esta más cerca
al infierno que cuando se es dios”

A todos los magos guerreros
que están por allí,
sin que el mundo sepa de ellos.


Para cuando llegó a la segunda montaña el oscuro sonido de la medianoche violentaba sus oídos. Una nada bullía a su alrededor, solo él y su alma cansada de tanta lucha buscaba un lugar donde recostarse. Cuando encontró otra roca para dormir, tuvo conciencia de la soledad del momento, del tiempo, del lugar, pero, la espesura de la naturaleza, de sus vientos y del todo, sentía que lo contenía y era parte de esa existencia tan cruda y real, eso lo tranquilizaba y le daba una paz que no hubiera sentido en cualquier otro sitio. Pudo alcanzar a ver esa estrella refulgente, en el magnético norte, en lo más alto del cielo y se solazo de que aún estuviera allí, pues siempre estaba como estampa para sus oraciones, las cuales eran constantes aún en el día cuando el brillante sol alcanzaba su plenitud, la imaginaba en lo alto del cielo vigilando su camino, persiguiendo sus conjuros.


Tener que alejarse de la ciudad y enfrentarse a estas bestias, a mis propias bestias, pensó al volver los ojos hacia el sur, aunque Chiclayo tiene sus propias bestias y el estar más alto que ella me da el poder de dominarla. Cuando la miro desde aquí, desde lo alto de la montaña, extiendo la mano y puedo cogerla, aplastarla si es que quiero. Volvió al silencio de su mente, para recordar luego el canto de su gallo a esta hora, le extrañaba recordarlo. Y pudo oírlo en la lejanía y mientras más se concentraba en él, más fuerte se hacía y más, hasta sentir ese raspar de su garganta emplumada en la propia. Una luz iluminó la pequeña planicie atravesando los parpados de sus ojos que estaban cerrados escuchando el canto del gallo y tuvo que frotárselos con las manos y cubrírselos después, tanta luz no podía contener, ya acostumbrados a la oscuridad de su rededor. Esto lo hizo sentarse rápidamente e intentar mirar hacia ella, pero, no podía siquiera abrir los ojos. Súbitamente la luz desapareció. Se levantó consternado y recién tuvo tiempo para capturar la sensación del momento, extraña y grande. No sentía temor, había comprendido que los temores hacia lo externo no tenían objeto real, en cambio el interior del hombre tiene oscuridades y oquedades impensables e imperceptibles y esas son precisamente las que nos condicionan todos los pensamientos, sensaciones y circunstancias del destino.


Raudo se volvió para poder ver quien había emitido la voz por detrás de él, y es en ese preciso instante que se dio cuenta de que ésta no había articulado palabra, pero la había oído. Sus ojos se apiadaron hasta entornarlos para poder observar la luz que esta vez estaba rodeando algo. Cuando pudo observar con mayor nitidez se sorprendió al ver la pequeñez de la estatura de aquel ser y sintió que se acercaba hacia él. No obstante su pequeño tamaño su presencia era terriblemente grande y sentía que era infinitamente poderosa. Pudo oír nuevamente, sin ver articulación de palabra, que le dijo: soy el príncipe que ha venido a reinar en tus tierras y desde ahora yo soy quien me encargaré de limpiar tus dominios hasta el fin.


Mientras se acercaba, la naturaleza se detuvo pasmosamente y pudo respirar el incienso del movimiento de los astros fundiéndose en el momento y aquel ser, aquel niño, emitiendo flores por sus ojos, dorando lo que posase con sus pies, una vez en frente, muy cerca, sonriéndole, pasó a través de él desapareciendo. Cayó al suelo como fulminado por un rayo y luego se encontró elevado en la nada con los astros alrededor suyo y pudo tomarlos en sus manos, jugar con las estrellas, alcanzar con un beso la tierra entera, abrazar el universo conocido y poder ver el desconocido. Por la mañana, acostado junto a su esposa una electricidad extraña rodeaba su cuerpo. Al despertar ella, la beso con el nuevo fulgor de su amor. Todo ante él tenía una especie de brillo traslucido, todo tenía un sabor emocional a nuevo, a inicio. Ya en la calle, muy temprano, saliendo por vicente de la vega, ésta aparecía fresca y lozana como todas las mañanas, caminando hacia elías aguirre recordó la imagen del príncipe, y un rictus de su boca acompañado de sensaciones indescriptiblemente agradables lo hicieron detenerse y recordar quien era ahora.


Ese poder que muchos seres poseyeron en la antigüedad, desde que el tiempo empezó a existir en todo el universo, ahora lo hacía amo y señor del cosmos entero.Ahora la guerra ya no será igual, las batallas tendrán un oponente más certero y voraz, ninguna bestia será contendor. Es increíble, yo aquí andando por estas calles, despierto, y Chiclayo, el mundo, durmiendo ante mí, pensó Marcelo mientras sus pasos en todos los cielos, dejaban huella de su caminata, alerta como heraldo en tiempos de guerra, para siempre.